Ya con el remo en las manos comenzaremos diciendo que para alcanzar una óptima simetría al momento de realizar movimientos radicales o veloces es una buena práctica reducir el ángulo de este. 45º - 30º - 10º, cuanto menor sea el ángulo más fácil será lograr esa simetría en nuestros movimientos, nuestra remada será más explosiva, reduciremos las lesiones de manos, muñecas y antebrazos. Todo esto a cambio de una mayor resistencia al viento. De más está decir, no intenten un rol largo con estos ángulos.
Cualquier fuerza que apliquemos con la cuchara dentro del agua trae consecuencias directamente relacionadas a la estabilidad y el direccionamiento del kayak. Existen innumerables formas de apoyo o empuje, con ambas caras del remo, que se deben asimilar individual y correctamente con los movimientos necesarios para alcanzar el control de la embarcación en cualquier situación propuesta por el océano. Cuidando siempre no forzar acciones que pueden derivar en lesiones en los hombros o brazos. Teniendo en cuenta esto no existe movimiento que no se pueda realizar tanto en la superficie como bajo el agua. La práctica hace al maestro y la persistencia es el medio.
Trasladar la cuchara dentro del agua para posicionarla en un punto, traccionar u obtener equilibrio a un lado del kayak es un recurso que utilizan regularmente los palistas de río para lograr apoyo continuo, seguro y veloz. Para esto solamente debemos rotar la muñeca apuntando el filo del remo hacia donde lo queremos dirigir, de esta manera no ofrece resistencia al agua (en esa dirección). Luego solamente movemos la pala hacia el punto elegido y rotamos nuevamente la muñeca para comenzar con un nuevo empuje. Estos movimientos se pueden realizar consecutivamente sin necesidad de sacar la cuchara del agua, resultan útiles principalmente para balancear el bote, además ayuda con la estabilidad, los cambios de dirección abruptos o radicales y lógicamente para adquirir pericia ante cualquier situación.
No hay técnica ni movimientos reglamentados para el uso del remo en esta actividad, los únicos límites son las ganas de aprender o superarse en el deporte. A revolver el puchero que sino se pega al fondo!!!!!!